UN MOLINO CON ALMA

REF
RSA583
Estado
Para entrar a vivir
Precio
1.700.000
Superficie construida
450 M2
Superficie de terreno
10.000 M2
Dormitorios
5
Baños
5

En el corazón del valle del río Ungría, un enclave natural protegido de excepcional belleza, declarado Espacio Natural Protegido por la JCCC, emerge un inmueble singular: un antiguo molino de piedra que, tras una cuidadosa rehabilitación, se ha convertido en una residencia única donde historia, confort y paisaje conviven en perfecta armonía.

Con orígenes que se remontan a la Edad Media, cuando formaba parte de la red de molinos del valle del Ungría, esta propiedad ha atravesado siglos de historia ligada al agua: primero harinero, después convertido en central hidroeléctrica en los años 20 y más tarde en piscifactoría durante el siglo XX. Tras el cese de esa actividad en los 90, su rehabilitación ha devuelto la vida a este edificio singular, que hoy combina el encanto de su legado histórico con el confort de una residencia contemporánea.

Los porches corridos, abrazados por vegetación trepadora, conducen a jardines cuidados y a una arboleda consolidada que regala sombra y privacidad. El caz del molino, aún con concesión vigente, atraviesa la finca y otorga un valor patrimonial y paisajístico único.

La finca, con una hectárea de terreno llano, cuenta con dos viviendas y un total de 450 m² construidos.  La casa principal, de dos plantas, alberga cuatro dormitorios y cuatro cuartos de baños, además de una amplia buhardilla polivalente y un gran salón con chimenea que se abre al jardín y conecta con la cocina y la zona de comedor.

La vivienda secundaria es una construcción con zona de estar, dormitorio y baño; dispone además de un pabellón independiente con capacidad para veinte comensales, perfecto para celebraciones, encuentros familiares o talleres creativos.

El conjunto se completa con amplios porches, ideales para disfrutar del exterior gran parte del año. Toda la propiedad ofrece privaciones al contar con todo el perímetro de la finca protegido por valla y setos, mientras los árboles ornamentales resguardan la intimidad y tamiza la luz. El agua, siempre presente gracias al pozo propio y al caz, convierte este lugar en un oasis de frescor, silencio y serenidad.

La propiedad cuenta además con una ubicación privilegiada, a sólo 1,5 kilómetros de Atanzón y a 18 kilómetros de Guadalajara capital, con Madrid a menos de una hora. Un refugio cercano a la ciudad, pero en pleno paraje natural, donde la tranquilidad y el contacto con la naturaleza son protagonistas.

 

 

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